Una vez más, asistimos desde
Amigos de la Tierra de La Rioja atónitos a un espectáculo que no por habitual
deja de ser triste. Y no es éste otro que la muerte a tiros de unos animales
que nos pertenecen a todos, por supuestos daños a los intereses privados de
unos pocos.
Sólo la ignorancia más
profunda acerca de la naturaleza y sus procesos, amén del desprecio por las
leyes de protección del medio ambiente regionales, nacionales y europeas, que
el Gobierno de La Rioja se encargará de encontrar justificaciones, y por la
propia conservación del medio ambiente que exhibe nada menos que la Consejería
de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente que debería cuidar del mismo, puede
explicar una vez más otro desatino medioambiental como es la matanza de
cormoranes (Phalacrocorax carbo) que está ya llevando a cabo esta Consejería,
y que pretende extender a garzas (Ardea cinerea), supuestamente debido a
unos “estudios” que nadie ha visto, que parecen indicar “un impacto muy grande”
(¿cómo de grande?: mucho), nadie sabe sobre qué o quién.
En el fondo, se trata una
vez más de eliminar elementos de los ecosistemas que resultan molestos a una
ínfima parte de la sociedad riojana; como los pescadores en este caso, los
cultivadores de chopos en el caso del castor, o los ganaderos en extensivo en
el caso del lobo. ¿Cuándo oiremos que se va a rebajar el número de licencias de
pesca (o caza) para adaptarlo a las características de La Rioja? ¿Cuándo
veremos por fin que se tiene en cuenta la biodiversidad como algo positivo en
algún proyecto riojano? ¿Cuándo tendremos por fin un proyecto de recuperación para
cada especie amenazada de La Rioja, tal y como exigen las leyes españolas y
europeas? ¿Por qué nunca oímos que se hacen estos planes de erradicación para
las especies exóticas invasoras, los furtivos o los vertidos tóxicos? ¿Cuándo
oiremos, en definitiva, que la Consejería se toma en serio su trabajo?
Ni qué decir tiene que no
hay ningún “estudio” que diga si hay o no “un impacto muy grande” del enorme
número de pescadores sobre los ecosistemas acuáticos, ni sobre la maquinaria
que se introduce en nuestros ríos la Confederación con el beneplácito de la Consejería
cada vez que hay una crecida provocada por ellos mismos, ni sobre los vertidos
tóxicos a los que estamos tan acostumbrados, ni sobre las extracciones ilegales
de agua para regadíos, ni sobre la falta absoluta de planes de conservación de
cualquier cosa en esta Comunidad…, ni sobre la ineptitud, abulia e
incompetencia de los consejeros y directores generales.
No, señores, no. La culpa de
que haya pocas truchas es sin duda de los pájaros con los que han evolucionado
durante millones de años. Y por ello vamos a eliminarlos a tiros.
Bravo, señor Nagore.
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